jueves, 28 de mayo de 2015

DICC. 324: CAVILAR

Cavilar: Pensar con intención o profundidad en algo.


1. Había una vez un país llamado España, que conjugaba con gran atracción para turistas extranjeros y nacionales el encanto bucólico de bellos pueblos históricos y paradisíacas montañas con la amplia oferta cultural de las grandes urbes. En dicha nación los vehículos circulaban por la izquierda, los habitantes luchaban -cual Lázaro de Tormes- para ser libres y poder ascender socialmente en virtud del trabajo y los enfermos trataban de sanar siguiendo prescripciones médicas y consejos terapéuticos.
                Sin embargo, la jornada del 24 de mayo de 2015 supuso un antes y un después para buena parte de dicha población, que olvidó Lazarillos para resucitar Quijotes en materias caballerescas. Y es que a partir de la jornada electoral a nivel municipal y autonómico celebrada en dicha jornada las matemáticas cambiaron para siempre, las palabras cambiaron de significado –o se olvidaron las acepciones antiguas sin haber previamente escrito lo que significaban las antiguas, como hicieron los previsores habitantes de Macondo- e incluso, no faltó algún enfermo que atribuyó su rápida curación a los poderes mágicos de un líder político-espiritual.
                Y fue así, de la noche a la mañana, como resultó que una candidatura que había recibido treinta y tres mil votos menos que otra en Madrid se erigió en ganadora aplaudida por la práctica totalidad de los medios de manipulación; y fue así como el “no” al pacto del PSOE -¿Patulea Sociata Opresora de España?- con Podemos se convirtió en “sí” con tal de derrocar a la candidatura vencedora en la capital de España; y fue así como lo que era un pacto para derrotar a la vencedora electoral se erigió como algo natural, frente al intento de Aguirre de formar una alianza, que fue tachada de fascista y antidemocrática cuando menos; y será así como si no dejan gobernar a la candidatura ganadora, la anciana candidata de “Ahora Madrid” –tal vez Mañana Caracas- será la nueva alcaldesa de Madrid.
                La primera actuación de esta señora, sin ser todavía alcaldesa, no ha sido otra que reunirse con jueces para violar una ley nacional en la capital del país –a esto en la antigua España lo llamábamos intento de golpe de Estado-, mientras que sus primeras declaraciones, como ex-juez -y en un asunto sobre el que, por tanto, se presupone que ha cavilado bastante-, no han sido sino declarar que el 94 por ciento de los encarcelados deberían estar libres. ¿No será acaso para que los terroristas, por cuyo sufrimiento tanta empatía declara tener, le hagan el trabajo sucio para facilitar la instauración del nuevo régimen con el líder político-médico-espiritual Pablo Iglesias dentro de seis meses?
                Toda enfermedad y toda plaga tiene su punto de inicio en una fecha y/o por una causa determinada, y yo, queridos míos, mucho me temo que España, la España cuerda y más o menos libre que hemos conocido, ha empezado a morir en sus dos principales ciudades el pasado domingo; en Madrid a manos de Manuela y en Barcelona a manos de Ada Colau.
Aún lo puedo decir: ¡Dios nos coja confesados!



            2.   Sabéis, mis amigos, que una de las cuestiones que más interés me suscitan es el funcionamiento de la memoria. Ello me llevó a leer la obra del prestigioso Rojas Marcos Eres tu memoria, libro que consideré bueno y didáctico, aunque tal vez poco profundo respecto a lo que yo esperaba.
                Aplicado este interés a la actualidad, me lleva a plantearme por qué dos meses después la experiencia docente en Cantabria -que sin duda es el acontecimiento más vital de los vividos en 2015- me parece como si hubiese sido un sueño. Intento rememorar momentos, sensaciones y pensamientos de entonces y, a pesar de recordarlos todavía con gran nitidez, son insoslayables de cualquier cavilación santoñesa los tintes de sueño, ya que los recuerdos se me presentan con ese fondo en blanco y negro con el que se rememoran imágenes nítidas recreadas en una noche de imaginación.
                Tal vez este hecho sea solo la consecuencia lógica de ser consciente de la felicidad allí vivida o, tal vez, la verdadera nostalgia se acompañe siempre del blanco y negro como esas fotos que quedan inmortalizadas en la felicidad.