1. Me gustan los días de reencuentro como el magnífico paseo que di ayer con Alberto por las calles céntricas de Madrid. Me apasionan esas confidencias y esos recuerdos comunes que nos cruzamos. Me encanta develar esos pensamientos, sentimientos o encrucijadas que nos atormentan y que compartimos en busca de consejo. ¡Gracias, Alberto!
2. ¡Ay, Pepiño, Pepiño, don José! Se están develando todas tus fechorías y espero que acabes donde debes. ¡Qué pronto a veces el tiempo pone a cada uno en su sitio! Parece mentira que fueras tú el que hace un año estaba implorando a Camps que dimitiera -cosa que por cierto hizo-, cuando ahora tú, pillado en peores circunstancias, te anclas a tu puesto de aforado cual pez al agua.
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