1. Hay recuerdos que por más que intentes borrarlos no desaparecen y por más que intentes infravalorarlos no dejan de ser lacerantes. Es lo que me ocurre a mí este año con el indeleble 2010. Cada día, o prácticamente todos los días, recuerdo qué estaba haciendo tal día como hoy hace dos años. ¡Puñetera nostalgia!
2. Es especialmente lacerante que en este país en lugar de perseguir el fraude fiscal se amnistíe. Queridos amigos de ES.RADIO y estimados miembros del gobierno, he de decir que hoy no estoy de acuerdo con vosotros y de nuevo sí con Rosa Díez: si la agencia tributaria organizara su trabajo para perseguir a los grandes defraudadores aflorarían al año unos setenta mil millones de euros. Es ahí donde se han de concentrar los esfuerzos y no premiar a los que delinquen contra todos nosotros.
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