Epítome: Resumen o compendio que expone lo fundamental de la materia tratada.
1. ¡Vaya día de emociones! Hoy, después de tres semanas tan inolvidables como maravillosas, me he despedido de mis queridísimas sicilianas del grupo Viaggio, quienes me han regalado una fotografía dedicada que me ha puesto los pelos de punta y la emoción en la garganta. Afortunadamente, no iba con las manos vacías y les había fotocopiado previamente una despedida que, como no podía ser de otra manera, me ha hecho llorar. Aquí la comparto con vosotros:
"Queridísimas mías:
Ha llegado la hora fatídica. El reloj marca inexorable las 10.35 y ahora cobra mayor sentido que nunca nuestro ya cómplice "Carpe diem, Tempus fugit".
Malhadadamente los tópicos no son convocados en este momento para aclarar ningún sentido, sino que toman vida para recordarnos una dura realidad.
Todos sabemos que hay adioses que no aceptan despedidas y este es uno de esos casos.
Segovia, Ávila, Madrid, Nicolasa, Manolita... 9, 15, 16, 20 de septiembre. No son nombres y fechas; son tesoros que guardo en mi corazón como si fueran caricias.
Sois un epítome perfecto de alegría y vitalidad; sois una síntesis maravillosa de diligencia y diversión; sois unas viajeras eternas a las que llevaré siempre en el tren de mi vida.
Jamás os iréis de aquí, queridísimas, porque os tendré cada día sentadas a la mesa del recuerdo y del cariño.
Os quiero."
2. Esta sensación de vacío que me ha dejado la despedida de mis dilectas italianas me ha hecho recordar al engranaje sentimental esencial de mi 2012: Marie, de la cual no os he hablado desde mi reaparición por estos lares. Ella me hizo pasar el mejor mes de mi vida -junio de 2012-; junto a ella hice el mejor viaje de mi existencias -León, 2012-; junto a ella pasé la tarde-noche más romántica de mis días -en San Felices de los Gallegos- y con ella pasé tantos y tantos momentos que serán imposibles de olvidar. Ella es la mujer de mi vida, el epítome de mi felicidad, la persona que mejor me ha complementado nunca. Sé que si algún día lees esto, queridísima Marie, querrás matarme, pero te mereces un homenaje a tu altura después de haberme embargado de felicidad durante nuestro mejor mes de existencia terrenal.
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