Suso-: Arriba.
1. Hace exactamente un año había realizado dos horas de CORPES y tras ellas me había dirigido a la plaza más hermosa de España -y puede que del mundo-, donde Olga y yo teníamos una cita con Juan Miguel Ruano, ese profesor de Lengua y Literatura que introdujo a sus discípulos del Lucía de Medrano en la carrera de la verdad, empujándonos definitivamente destino a la vocación.
Justo después, en torno a la una y media del mediodía y con el efecto de ese segundo café del día que casi siempre actúa de chispa sobreactividora en mi cuerpo, le manifestaba a Olga mi firme decisión de resolver dudas veraniegas pasándome en ese mismo instante por Enforex en busca de un sí o un no definitivos.
Como sabéis, aquella jornada se resolvió con los mejores planes estivales, que finalmente fructificaron en varios centenares de clases impartidas durante el verano y en el nacimiento de una carrera que -¡quién me lo iba a decir hace un año!- a la postre se eregiría en mi forma de vida actual: la de guía turístico de los grupos de Enforex.
Han pasado trescientas sesenta y cinco jornadas desde entonces; se han sucedido grupos italianos, neozelandeses, estadounidenses o ingleses; Toledo, El Escorial, Madrid, Ávila, Segovia, así como distintos edificios de Salamanca han sido repetidamente visitados y disfrutados con notas de cariño y aprendizajes de culturas, pero todo, absolutamente todo, nació en la susocomentada jornada, un día estupendo culminado con paseo histórico sobre el Puente Romano y coca-cola vespertina en la Plaza Mayor.
¡Qué bueno es pararse a reflexionar, tomar perspectiva y dar gracias a Dios, por haberme dado tanto!
2. "Hoy es el día más triste de mis 90 años de
historia. Estoy en cada una de vuestras lágrimas. Viviré siempre en
vuestros corazones. #HalaUnión". Con este emotivo mensaje publicado en el Twitter oficial, ayer se despedía la Unión Deportiva Salamanca tras más de 90 años de historia.
Yo, que me considero un seguidor de fútbol algo bizarro por aquello de no tener un equipo definido, he de reconocer que guardaba parte de mi cariño futbolístico para la Unión, un club al que me aficioné en la temporada 2008-09, cuando mis primeros sueños salmantinos se yuxtapusieron con una brillantísima campaña de los entonces entrenados por David Amaral, que se quedaron a las puertas de un histórico ascenso a Primera.
A partir de ahora se abren numerosas especulaciones sobre si Hidalgo creará un nuevo club o asistiremos a la desapariciónn del balompié profesional en la ciudad charra. En cualquier caso, si ya de por sí la afición al deporte rey no era excesiva en Salamanca, el nuevo equipo requerirá de bastante tiempo para crear arraigo en la ciudad, lo cual, unido a los vilipendios a los que se ha sometido a Hidalgo en los últimos tiempos, me hace pensar -y temer- que con el susoexpuesto mensaje twittero de ayer, no solo se cerraron más de nueve décadas de historia; también es probable que se dilapidaran los deseos de ver fútbol profesional de los pocos salmantinos enamorados de este deporte.
¡Requiescat in pace, UDS! Por siempre: ¡Hala Unión!
miércoles, 19 de junio de 2013
martes, 18 de junio de 2013
DICC.296: MISTIFICAR
Mistificar: Engañar, embaucar, falsificar.
1. Como sabéis, queridos míos, la psicología es una de mis pasiones ocultas, cada vez menos arcana desde que la grafología y Carlos Rodríguez pasaron por mi vida para instalarse en los recuerdos más provechosos.
Como confesaba la mañana del sábado en las interesantes conversaciones mantenidas con José Antonio Jugo, quiero profundizar en el mundo de la psicología o del psicoanálisis para seguir indagando y aprendiendo más aspectos del conocimiento humano, tan aparentemente inacabarcable como apasionante.
A pesar de la escasa simpatía con que los miramos, creo que nuestros políticos en las segundas legislaturas de mandato son un caso dignísimo de estudio psicológico, así como una fuente inagotable de las más variadas patologías. Dada la impunidad de que suelen gozar los mandamases españoles, suelen desarrollar en esta etapa una especie de facultad o ceguera -depende del prisma desde el que se columbre- que les impide analizar los actos con un mínimo de objetividad. Sin embargo, pese a la anterior generalidad, creo que a esquizofrenias como la de Montoro en muy escasas ocasiones ha debido de llegarse. Este hombre que, según declaraciones propias, sube los impuestos cuando desea bajarlos; oye "pitos, flautas y la gaita más allá" mientras gobierna, y está impedido de hacer una declaración coherente en un español medianamente aceptable es, sin duda, un sujeto que, debiendo dejar de gobernar de inmediato, debería someterse a un tratamiento profesional del que sería costoso obtener resultados personales satisfactorios, pero del que, sin duda, se extraerían interesantes conclusiones para la disciplina psicológica-psiquiátrica.
Señor Montoro, por favor, cuando se oyen instrumentos musicales que nadie está tocando, cuando se hace justo lo contrario de lo que se predica, cuando se intenta presentar como un error múltiple el documento nacional de identidad que incrimina a la infanta -¡qué casualidad!: en cuarenta y cinco millones de habitantes el error llegó en una infanta que, para más inri, tiene un documento de tan solo dos cifras- y cuando se piensa que nadie se dará cuenta de sus mistificaciones, ha llegado el momento: debe acudir a recibir ayuda profesional.
2. Dice la sabiduría popular que por más que intentemos ocultarlas, hay dos cosas en el mundo indisimulables: el dinero y el amor. Personalmente, no estoy convencido del primero de los sujetos, ya que, si bien el pecunio suele saltar a la vista en numerosos detalles, no faltarán ricos vestidos con trajes de mendigos en aras de evitar peticiones o súplicas.
Este argumento lo trataba la noche del pasado martes, 11 de junio de 2013, en un banco de la salmantina Plaza de Madrid con mi queridísima portuguesa: es posible, me decía ella, disimular el dinero; pero, aunque mistifiquemos o evitemos denotar los sentimientos, estos al final nos acaban delatando, especialmente por medio de miradas o de sonrisas, le arguía yo, recordando la cita de Rosa Montero sobre las "golosas miradas que acarician".
Fue una noche indeleblemente hermosa tras la primera representación pública de La cabeza del dragón; una noche que será ya para siempre reclamo de nostalgia; una de esas noches que imantan un lugar -la Plaza de Madrid- y son cita de efémerides -¡vivan los onces de junio!-.
Por tantas y tantas cosas que tú sabes, querida Muerte, ¡¡muchísimas gracias!!
1. Como sabéis, queridos míos, la psicología es una de mis pasiones ocultas, cada vez menos arcana desde que la grafología y Carlos Rodríguez pasaron por mi vida para instalarse en los recuerdos más provechosos.
Como confesaba la mañana del sábado en las interesantes conversaciones mantenidas con José Antonio Jugo, quiero profundizar en el mundo de la psicología o del psicoanálisis para seguir indagando y aprendiendo más aspectos del conocimiento humano, tan aparentemente inacabarcable como apasionante.
A pesar de la escasa simpatía con que los miramos, creo que nuestros políticos en las segundas legislaturas de mandato son un caso dignísimo de estudio psicológico, así como una fuente inagotable de las más variadas patologías. Dada la impunidad de que suelen gozar los mandamases españoles, suelen desarrollar en esta etapa una especie de facultad o ceguera -depende del prisma desde el que se columbre- que les impide analizar los actos con un mínimo de objetividad. Sin embargo, pese a la anterior generalidad, creo que a esquizofrenias como la de Montoro en muy escasas ocasiones ha debido de llegarse. Este hombre que, según declaraciones propias, sube los impuestos cuando desea bajarlos; oye "pitos, flautas y la gaita más allá" mientras gobierna, y está impedido de hacer una declaración coherente en un español medianamente aceptable es, sin duda, un sujeto que, debiendo dejar de gobernar de inmediato, debería someterse a un tratamiento profesional del que sería costoso obtener resultados personales satisfactorios, pero del que, sin duda, se extraerían interesantes conclusiones para la disciplina psicológica-psiquiátrica.
Señor Montoro, por favor, cuando se oyen instrumentos musicales que nadie está tocando, cuando se hace justo lo contrario de lo que se predica, cuando se intenta presentar como un error múltiple el documento nacional de identidad que incrimina a la infanta -¡qué casualidad!: en cuarenta y cinco millones de habitantes el error llegó en una infanta que, para más inri, tiene un documento de tan solo dos cifras- y cuando se piensa que nadie se dará cuenta de sus mistificaciones, ha llegado el momento: debe acudir a recibir ayuda profesional.
2. Dice la sabiduría popular que por más que intentemos ocultarlas, hay dos cosas en el mundo indisimulables: el dinero y el amor. Personalmente, no estoy convencido del primero de los sujetos, ya que, si bien el pecunio suele saltar a la vista en numerosos detalles, no faltarán ricos vestidos con trajes de mendigos en aras de evitar peticiones o súplicas.
Este argumento lo trataba la noche del pasado martes, 11 de junio de 2013, en un banco de la salmantina Plaza de Madrid con mi queridísima portuguesa: es posible, me decía ella, disimular el dinero; pero, aunque mistifiquemos o evitemos denotar los sentimientos, estos al final nos acaban delatando, especialmente por medio de miradas o de sonrisas, le arguía yo, recordando la cita de Rosa Montero sobre las "golosas miradas que acarician".
Fue una noche indeleblemente hermosa tras la primera representación pública de La cabeza del dragón; una noche que será ya para siempre reclamo de nostalgia; una de esas noches que imantan un lugar -la Plaza de Madrid- y son cita de efémerides -¡vivan los onces de junio!-.
Por tantas y tantas cosas que tú sabes, querida Muerte, ¡¡muchísimas gracias!!
martes, 4 de junio de 2013
DICC.295: ALIENACIÓN
Alienación: Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que se espera de su condición.
1. Hay políticas, instituciones, organizaciones, familias y un sinfín de coyunturas que lamentablemente producen alienación hasta anular por completo la personalidad de quien las padece. Así lo sufrieron, entre otras, esas hermosas criaturas que Federico García Lorca concibió en La casa de Bernarda Alba bajo el despótico mando de la protagonista que le da título. A ese asfixiante clima, carente de libertad y exento de autonomía, tan solo logró escapar Adela, encontrando en su atrevimiento la muerte. Sin embargo, aun desconociendo el final, las otras cuatro hermanas en ningún momento intentaron rebelarse ante la tiranía de su madre. Seguramente por medio, en efecto, pero creo que dicho análisis soslaya una realidad muy humana: si no aunaron fuerzas contra su madre fue, sobre todo, porque cuando el círculo vital es demasiado estrecho, solo se acaba por juzgar normal lo que hay dentro de él, siendo todo lo externo considerado carente de sentido o de razón.
Mucho me temo que en determinados lugares esta situación lorquiana no es tan ajena o lejana temporalmente como pueda parecernos, y sinceramente, compadezco a sus protagonistas, pues no han tenido la oportunidad de aprender una de las enseñanzas más universales y sabias que nos legó nuestro más famoso caballero andante, aquella que sentencia que "la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre."
2. Acabo de ver la puesta en escena en el Liceo de A quien celebre mi muerte, una obra que han representado los alumnos del Instituo Gonzalo Torrente Ballester de Santa Marta, galardonados con el premio a la mejor actuación en el festival de teatro infantil de Castilla y León. Vaya una sentida felicitación para ellos y, cómo no, para las directoras: mis admiradas Rosa Núñez-Hoyo y Paz Carrasco.
Actuación al margen, la obra muestra el encuentro entre variopintos personajes que se encuentran nada más cruzar el confín que separa la vida de la muerte. Allí, a la manera de Esperando a Godot, mientras aguardan la llamada de San Pedro, van dando cuenta de la circunstancia de su muerte, así como de numerosas vicisitudes vitales que han atrevesado. La filosofía que puede extraerse de todos estos personajes que están de vuelta es que, como dejó dicho Charles Chaplin, "la vida es una obra de teatro que no permite ensayos...por eso; canta, ríe, baila, llora y vive cada momento de tu vida...antes de que la obra termine sin aplausos".
¡Qué razón tenía el bigotudo más famoso de la historia y cuán omiso caso le hacemos en numerosas ocasiones! Lo peor de todo en ciertas jornadas es esa ominosa sensación de que por más bien que te sepas la teoría, la puesta en práctica no está saliendo todo lo bien que debiera, pues una especie de alienación inconsciente, una suerte de autocensura incontrolable, te impide ser quien eres justo cuando más espontáneo quieres ser. En esas jornadas solo te queda el consuelo de pensar que si ha sido así, por algo será... Tal vez dentro de un tiempo todo se entienda.
1. Hay políticas, instituciones, organizaciones, familias y un sinfín de coyunturas que lamentablemente producen alienación hasta anular por completo la personalidad de quien las padece. Así lo sufrieron, entre otras, esas hermosas criaturas que Federico García Lorca concibió en La casa de Bernarda Alba bajo el despótico mando de la protagonista que le da título. A ese asfixiante clima, carente de libertad y exento de autonomía, tan solo logró escapar Adela, encontrando en su atrevimiento la muerte. Sin embargo, aun desconociendo el final, las otras cuatro hermanas en ningún momento intentaron rebelarse ante la tiranía de su madre. Seguramente por medio, en efecto, pero creo que dicho análisis soslaya una realidad muy humana: si no aunaron fuerzas contra su madre fue, sobre todo, porque cuando el círculo vital es demasiado estrecho, solo se acaba por juzgar normal lo que hay dentro de él, siendo todo lo externo considerado carente de sentido o de razón.
Mucho me temo que en determinados lugares esta situación lorquiana no es tan ajena o lejana temporalmente como pueda parecernos, y sinceramente, compadezco a sus protagonistas, pues no han tenido la oportunidad de aprender una de las enseñanzas más universales y sabias que nos legó nuestro más famoso caballero andante, aquella que sentencia que "la libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre."
2. Acabo de ver la puesta en escena en el Liceo de A quien celebre mi muerte, una obra que han representado los alumnos del Instituo Gonzalo Torrente Ballester de Santa Marta, galardonados con el premio a la mejor actuación en el festival de teatro infantil de Castilla y León. Vaya una sentida felicitación para ellos y, cómo no, para las directoras: mis admiradas Rosa Núñez-Hoyo y Paz Carrasco.
Actuación al margen, la obra muestra el encuentro entre variopintos personajes que se encuentran nada más cruzar el confín que separa la vida de la muerte. Allí, a la manera de Esperando a Godot, mientras aguardan la llamada de San Pedro, van dando cuenta de la circunstancia de su muerte, así como de numerosas vicisitudes vitales que han atrevesado. La filosofía que puede extraerse de todos estos personajes que están de vuelta es que, como dejó dicho Charles Chaplin, "la vida es una obra de teatro que no permite ensayos...por eso; canta, ríe, baila, llora y vive cada momento de tu vida...antes de que la obra termine sin aplausos".
¡Qué razón tenía el bigotudo más famoso de la historia y cuán omiso caso le hacemos en numerosas ocasiones! Lo peor de todo en ciertas jornadas es esa ominosa sensación de que por más bien que te sepas la teoría, la puesta en práctica no está saliendo todo lo bien que debiera, pues una especie de alienación inconsciente, una suerte de autocensura incontrolable, te impide ser quien eres justo cuando más espontáneo quieres ser. En esas jornadas solo te queda el consuelo de pensar que si ha sido así, por algo será... Tal vez dentro de un tiempo todo se entienda.
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