Ardid: Artificio, medio empleado hábil y mañosamente para el logro de algún intento.
1. Sabéis, queridos míos, que a pesar de mis creencias religiosas y de cierto e indisimulable sentimentalismo adicional que me invade en estos días, no creo demasiado en la Navidad: quien es bueno lo será siempre sin necesidad de efemérides ni de salvoconductos, mientras que quien se vale de ardides y de malas mañas a fin de obtener beneficio propio, lo hará igualmente sea veinticinco de diciembre o tres de junio.
Sin embargo, y a pesar de este racional prefacio, os deseo de todo corazón una feliz navidad y sobre todo, un 2014 grávido de felicidad, pródigo en emociones y rebosante de amor. Sed muy felices y disfrutad de uno de los más sabrosos manjares que nos dio la vida haciéndonos nacer en España: la lengua de Cervantes.
2. Conocéis esa opinión tan mía de que la vida es cíclica y que todo vuelve a repetirse con una circularidad inexorable: serán diferentes las circunstancias, cambiarán nuestras compañías, trocaremos lugares geográficos o sujetos oracionales, pero al final, el mundo da vueltas en redondo y todo vuelve a suceder.
Mi relación con la obra más universal de la literatura española no escapa a esta regla. Después de esas inolvidables tardes de Caffè della Panna y Quijote a orillas del Arno en la primavera de 2010, después de enamorarme perdidamente por segunda vez de la obra cervantina, pensé que la próxima vez que la leyese sería a mis hijos, con el reto de que la amaran igual que yo. Sin embargo, la preparación de las oposiciones y el consejo de Olga de que, dado mi amor por esta novela, fuese yo el que personalizase este tema oposicional, ha hecho que de nuevo y aunque de forma colateral -por medio de Aproximación al Quijote de Martín de Riquer- vuelva a acercarme a este prodigio. Y, una vez más, al igual que me scuedió hace cuatro años, vuelvo a convencerme de que es la segunda parte la que mayor calidad literaria posee, la que más me cautiva, la que me hace enamorarme de la personalidad de don Quijote a través de la pluma cervantina.
Esto desde mi punto de vista es lógico considerando que en esta parte, don Quijote, que conserva ciertos rasgos de la locura de 1605, queda prácticamente reducido a mera comparsa y a objeto de burla por parte de Sancho primero y de esos atrevidos Duques después, en cuyo palacio disponen una autética representación teatral que durará semanas, en la cual por medio de ardides y de burlas no siempre morales, juegan con Don Quijote y con un Sancho ya completamente quijotizado por los que el lector comienza a sentir verdadera compasión. Este sentimento se acrecienta aun más con la humanización que experimenta el personaje caballeresco en Barcelona, donde le descubrimos con verdadero pavor ante una batalla real contra los turcos, y con la asunción de su derrota a brazos del Caballero de la Blanca Luna. Finalmente las palabras que pronunica en el lecho de muerte, amén de elevarle al altar de los héroes inmortales, le hace un personaje absolutamente cariñoso por el que experimento como lector vocacional uno de los sentimientos más puros que imaginarse pueda.
Permitidme la licencia: ¡¡viva don Quijote!!
Circunloquio: Rodeo de palabras para dar a entender algo que hubiera podido expresarse más brevemente.
1. Se acabó. A pesar de que desde la presidencia del gobierno se siguen haciendo oídos sordos y manos quietas; a pesar de que desde la dizque oposición rubalcábica se sigue poniendo la jeta de perfil; a pesar de que la respuesta de Rosa Díez me parece excesivamente tibia en esta ocasión; a pesar de todos los pesares, ayer en Cataluña se produjo un golpe de Estado cuando Artur(o) Mas, acompañado de sus secuaces nacionalistas, promulgó la no acatación de las leyes españolas y la vulneración total a la Constitución al anunciar un referéndum para la independencia de Cataluña programado para el día 9 de noviembre de 2014.
La pregunta planteada en el famoso referéndum presenta un circunloquio tan redundante como innecesario: "¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?" "Y si es así, ¿independiente?" Señor Mas y compañía: ¿dónde han visto ustedes un Estado dependiente de otro a nivel social, político, educativo, etc...? Exceptuando el estado de sumisión de los españoles respecto al Estado de facto que lleva siendo Cataluña desde hace más de tres décadas, todo Estado es, por definición propia, independiente. Tal vez, por tanto, esa doble pregunta no sea sino una forma más de condicionar la opinión de los votantes que, al ver ese "si es así" con que empieza la segunda pregunta, se ven más conminados a responder afirmativamente a la primera cuestión. Si eso es así es, sin duda, porque el tío Arturo y sus seguidores, no deben de estar muy seguros de la victoria de su proyecto.
Eso sí, prepotencia, irrespeto, sublevación y sedición aparte, hay que reconocerles una gran audacia a estos nacionalistas, un valor, por cierto, que parece en peligro de extinción en la capital de España -¿o Ex-paña?-
2. No os he confesado, queridos míos, que finalmente tengo trabajo: un trabajo que no es el sueño de mi vida, pero que tiene contrato legal, alta en la Seguridad Social y un sueldo base al margen de las posibles comisiones por productividad. Como comprenderéis, después de haber paseado por el inframundo laboral contemporáneo, al más puro estilo personaje galdosiano, me siento ahora mismo una de las personas más afortunadas.
El trabajo es de captador de ACNUR, ¡y en Salamanca!, esa ciudad donde siempre quiero estar. No os puedo negar que es duro trabajar en estas fechas en las calles de una ciudad castellana que despierta cada mañana a varios grados bajo cero; no os voy a decir que todas las respuestas que encuentres de la gente que intentas captar sean educadas ni mucho menos positivas, pero incido en que, visto el panorama, no me puedo quejar para nada con las condiciones firmadas.
Para intentar captar socios trabajamos con el Plumpy, un alimento terapéutico con el cual intentamos llamar a la sensibilidad social del interpelado y con el que acompañamos nuestro circunloquio, que se circunscribe a pedir una inscripción con una cuota mínima de 12 euros.
Como bien digo el trabajo es duro, pero ¡qué maravilla es trabajar!