Circunloquio: Rodeo de palabras para dar a entender algo que hubiera podido expresarse más brevemente.
1. Se acabó. A pesar de que desde la presidencia del gobierno se siguen haciendo oídos sordos y manos quietas; a pesar de que desde la dizque oposición rubalcábica se sigue poniendo la jeta de perfil; a pesar de que la respuesta de Rosa Díez me parece excesivamente tibia en esta ocasión; a pesar de todos los pesares, ayer en Cataluña se produjo un golpe de Estado cuando Artur(o) Mas, acompañado de sus secuaces nacionalistas, promulgó la no acatación de las leyes españolas y la vulneración total a la Constitución al anunciar un referéndum para la independencia de Cataluña programado para el día 9 de noviembre de 2014.
La pregunta planteada en el famoso referéndum presenta un circunloquio tan redundante como innecesario: "¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?" "Y si es así, ¿independiente?" Señor Mas y compañía: ¿dónde han visto ustedes un Estado dependiente de otro a nivel social, político, educativo, etc...? Exceptuando el estado de sumisión de los españoles respecto al Estado de facto que lleva siendo Cataluña desde hace más de tres décadas, todo Estado es, por definición propia, independiente. Tal vez, por tanto, esa doble pregunta no sea sino una forma más de condicionar la opinión de los votantes que, al ver ese "si es así" con que empieza la segunda pregunta, se ven más conminados a responder afirmativamente a la primera cuestión. Si eso es así es, sin duda, porque el tío Arturo y sus seguidores, no deben de estar muy seguros de la victoria de su proyecto.
Eso sí, prepotencia, irrespeto, sublevación y sedición aparte, hay que reconocerles una gran audacia a estos nacionalistas, un valor, por cierto, que parece en peligro de extinción en la capital de España -¿o Ex-paña?-
2. No os he confesado, queridos míos, que finalmente tengo trabajo: un trabajo que no es el sueño de mi vida, pero que tiene contrato legal, alta en la Seguridad Social y un sueldo base al margen de las posibles comisiones por productividad. Como comprenderéis, después de haber paseado por el inframundo laboral contemporáneo, al más puro estilo personaje galdosiano, me siento ahora mismo una de las personas más afortunadas.
El trabajo es de captador de ACNUR, ¡y en Salamanca!, esa ciudad donde siempre quiero estar. No os puedo negar que es duro trabajar en estas fechas en las calles de una ciudad castellana que despierta cada mañana a varios grados bajo cero; no os voy a decir que todas las respuestas que encuentres de la gente que intentas captar sean educadas ni mucho menos positivas, pero incido en que, visto el panorama, no me puedo quejar para nada con las condiciones firmadas.
Para intentar captar socios trabajamos con el Plumpy, un alimento terapéutico con el cual intentamos llamar a la sensibilidad social del interpelado y con el que acompañamos nuestro circunloquio, que se circunscribe a pedir una inscripción con una cuota mínima de 12 euros.
Como bien digo el trabajo es duro, pero ¡qué maravilla es trabajar!
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