miércoles, 7 de julio de 2010

La voz de la verdad no calla


"El mundo es testigo / de que hipócrita no soy, / pues doquiera que voy / va el escándalo conmigo". Con estas palabras hacía José Zorrilla autodefinirse a su inmortal protagonista don Juan Tenorio; en las últimas horas cada vez que veo comenzar un telediario me asaltan estos versos a la cabeza, aplicados al ministro de Interior Pérez Rubalcaba.
Huelga decir que si el señor Ripoll tiene alguna resposabilidad en el delito que se le imputa debe ser expulsado de su cargo de inmediato, pero el oropel mediático causado por esos doscientos policías (dependientes y ordenados por el Ministerio del Interior) sacando de su casa al presidente de la diputación alicantina, repetido machaconamente en los infinitos medios de comunicación afines al gobierno me ha parecido deplorable a la vez que dictatorial. ¿O acaso se han hecho la mitad de eco de los desfalcos económicos del señor Bono? ¿O ha tenido prensa la generosa "cesión" de fondos de Chaves hacia la empresa de su hija?
Me produce efectos eméticos ver medios de comunicación tan alejados del que debería ser su propósito -informar, que no mediatizar ni ser herramienta servil del gobierno-, pero, en todo caso, por mucho que a las imágenes y a la insaciable repetición se pueda sacar algún provecho más mediático que electoral, el señor Pérez Rubalcaba debería recordar la sentencia latina: vox veritatis no tacet.

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