viernes, 16 de julio de 2010

Réquiem por la democracia

En las segundas legislaturas los presidentes de gobierno españoles suelen creerse auténticos dioses a los que nada es imposible, aunque para ello tengan que machacar bolsillos descosidos o sacrificar ideales de partido, pero el manual de abyección, de sacrificio de moralidad al servicio del interés político y de falta de respeto a la democracia demostrado por el actual mandamás Rodríguez Zapatero creo que ha llegado a límites inimaginables.

Señor Rodríguez Zapatero, ¿después de asentarle una puñalada mortal a la unidad de España, será usted capaz de pasar por encima de tribunales y leyes con tal de contentar más a sus homólogos catalanes a cambio de que le aprueben los presupuestos del año próximo? Señor Rodríguez Zapatero, ¿sabe usted que 'Parlamento' deriva del verbo latino 'parlare' y está para hablar y responder y no para, altanera, despótica y prepotentemente, mandar callar a gente que democráticamente ha ganado su escaño, como la respetable diputada Rosa Díez (única, por cierto, en defender en público el Estado español)? Señor Rodríguez Zapatero, ¿se siente usted amparado, después de sus actuaciones, para responder en nombre de los once millones de votantes que le dieron su confianza hace ya más de dos años? En el final de curso zapateril, estamos asistiendo a un entierro: el del respeto y el de la democracia. ¡Dencansen en paz!

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