1. Estoy trabajando con un libro dizque gastronómico -Con la comida no se juega- que insta a los manjares pantagruélicos y carga contra los críticos gastronómicos que destrozan a quienes tratan de loar, amén de a la gramática. Sí, lo confieso: estoy deseando acabar con él. Ya podían haber puesto alguna receta...
2. Ya sabéis, mis queridos, que me gustan los banquetes en bodas u otras ceremonias de ese jaez, pero por su componente social, no por el gastronómico, que no soy capaz de valorar. Yo prefiero cultivar la frugalidad antes que las comilones pantagruélicas.
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