Pionero: Persona que da los primeros pasos en alguna actividad humana.
1. ¡Cuán felizmente ocupado he vuelto a estar en estos últimos días de nuevo, queridos! Ni siquiera he podido prácticamente seguir con la lectura que había iniciado días atrás: La libertad tiene un precio, un conjunto de compilados diálogos que cruzaron la primavera pasada Federico Jiménez Losantos y César Vidal en el parador de Segovia. En él dan cuenta tanto de su evolución política huyendo de la izquierda española como de su trayectoria laboral; una carrera, según ellos, plagada de dificultades y obstáculos, los cuales supusieron sus respectivas salidas de la COPE, con las consecuentes renuncias a la riqueza por amor a la libertad.
Ellos son dos periodistas absolutamente asilvestrados y eruditos, que, con sus diferencias de estilo, transmiten el mismo mensaje en defensa de España y de un programa liberal con el que se identifican, y que buscan defender desde las ondas de ES.RADIO, encarándose para ello con el poder político o social con un estilo descarado que los torna cercanos a los oyentes liberales. El pionero en cultivar ese estilo fue el difunto Antonio Herrero desde Antena 3 Radio, pero mucho me temo que, como pudo suceder con Sócrates y con Platón en la Magna Grecia o con Lope y Calderón en el teatro barroco español, sus discípulos han acabado superando al maestro. ¡Larga vida para esos dos genios de la radio española!
2. Como sabéis, el rescate a Chipre ha supuesto que se proponga la quita a los depositantes de más de 100.000 euros. Tengo mis dudas al respecto de la moralidad de esta medida. Por un lado, a la manera dionisíaca, no deja de ser un acto de justicia humanitaria que quienes más tienen ayuden a los más desfavorecidos; sin embargo, por otro lado, ¿quién es el Estado para quedarse con parte del dinero que algunos ahorradores llevan años intentando tener, quiero pensar que de forma legal?
Chipre puede ser el país pionero en esta medida y no tengo ninguna duda de que si es así no es sino por sus pocos habitantes y su escasa fuerza internacional, ¿o acaso no han estado las economías italiana y española en peor situación y no se han efectuado medidas tan drásticas? Según parece, así pues, es un pecado de peligrosa factura ser un país pequeño en Europa. Aun así, por supuesto, los desnortados mandamases catalanes siguen en ello... De verdad que no hay peor ciego que quien no quiere ver.
viernes, 29 de marzo de 2013
miércoles, 20 de marzo de 2013
DICC.280: AVERNO
Averno: Infierno.
1. Un ya remotísimo 24 de febrero de 2001 hice con mis inolvidables abuelos una excursión por pueblos de Guadalajara con la O.N.C.E., de la que formaba parte mi queridísimo abuelo. En dicha jornada por tierras alto-alcareñas de Hita y Atienza pasamos un frío de matrícula de honor. No sé por qué hoy me he levantado recordando como si fuera anteayer el espontáneo comentario de una de las señoras que formaba parte de la comitiva, cuando, llegando al autobús y sintiendo de nuevo la caricia de la calefacción, sentenció con esa sabiduría propia de las canas: "Es necesario conocer lo malo para apreciar lo bueno".
Ya en aquel momento y a pesar de la espontaneidad del comentario, me hizo pensar y plantearme si aquella señora no tendría razón y todos deberíamos pasar por un mal para apreciar el bien. Doce años, tantas experiencias y alguna que otra cana después, creo, sin lugar a dudas, que aquella señora tenía razón: si solo conocemos el primer mundo -aunque España empiece a parecerse al tercero en ciertas cuestiones-, corremos el peligro de autocompadecernos por cuestiones que carecen de verdadera importancia; si no conocemos el averno del sufrimiento frecuentemente nos autovedademos la oportunidad de disfrutar de cada momento, de cada sonrisa y de cada pequeño gesto con que la vida nos congratula si estamos atentos a sus señales. Atendámoslas y CARPE DIEM!!
2. Sabéis, queridos míos, que considero la literatura, junto al teatro, el ciclismo y una buena conversación, probablemente el mejor entretenimiento en el que puedo solazar mi tiempo. Por desgracia, con la vuelta del pluriempleo, se me ha vuelto a disipar el tiempo libre y apenas puedo inmiscuirme en esos mundos de ficción que, en mi mente a ratos idealista, me hace ser un don Quijote que desciende a la cueva de Montesinos, un Dante que baja a los avernos en busca de su idolotrada Beatriz, un don Juan concupiscente o un Calixto que, prendadísimo perennemente por Melibea, ansía la yuxtaposición amorosa guiado por su deseo. Y es que... recordad, queridos, cuando ciertos acontecimientos faltan o la realidad es triste, podemos endulzarla con esos ingredientes de ficción que alguien compuso en algún momentos para condimentar nuestras vidas.
1. Un ya remotísimo 24 de febrero de 2001 hice con mis inolvidables abuelos una excursión por pueblos de Guadalajara con la O.N.C.E., de la que formaba parte mi queridísimo abuelo. En dicha jornada por tierras alto-alcareñas de Hita y Atienza pasamos un frío de matrícula de honor. No sé por qué hoy me he levantado recordando como si fuera anteayer el espontáneo comentario de una de las señoras que formaba parte de la comitiva, cuando, llegando al autobús y sintiendo de nuevo la caricia de la calefacción, sentenció con esa sabiduría propia de las canas: "Es necesario conocer lo malo para apreciar lo bueno".
Ya en aquel momento y a pesar de la espontaneidad del comentario, me hizo pensar y plantearme si aquella señora no tendría razón y todos deberíamos pasar por un mal para apreciar el bien. Doce años, tantas experiencias y alguna que otra cana después, creo, sin lugar a dudas, que aquella señora tenía razón: si solo conocemos el primer mundo -aunque España empiece a parecerse al tercero en ciertas cuestiones-, corremos el peligro de autocompadecernos por cuestiones que carecen de verdadera importancia; si no conocemos el averno del sufrimiento frecuentemente nos autovedademos la oportunidad de disfrutar de cada momento, de cada sonrisa y de cada pequeño gesto con que la vida nos congratula si estamos atentos a sus señales. Atendámoslas y CARPE DIEM!!
2. Sabéis, queridos míos, que considero la literatura, junto al teatro, el ciclismo y una buena conversación, probablemente el mejor entretenimiento en el que puedo solazar mi tiempo. Por desgracia, con la vuelta del pluriempleo, se me ha vuelto a disipar el tiempo libre y apenas puedo inmiscuirme en esos mundos de ficción que, en mi mente a ratos idealista, me hace ser un don Quijote que desciende a la cueva de Montesinos, un Dante que baja a los avernos en busca de su idolotrada Beatriz, un don Juan concupiscente o un Calixto que, prendadísimo perennemente por Melibea, ansía la yuxtaposición amorosa guiado por su deseo. Y es que... recordad, queridos, cuando ciertos acontecimientos faltan o la realidad es triste, podemos endulzarla con esos ingredientes de ficción que alguien compuso en algún momentos para condimentar nuestras vidas.
lunes, 18 de marzo de 2013
DICC.279: INDULGENCIA
Indulgencia: Facilidad en perdonar, disimular las culpas o en conceder gracias.
1. Dieciocho días ha, queridos míos, que os tengo abandonados de la actualidad bloguera.
Espero encontrar algo de indulgencia en vuestros probos corazones si os confieso que tan gran desatención ha sido exclusivamente causa de las numerosas ocupaciones laborales que han tiranizado mi tiempo: en estas dieciocho jornadas he impartido cuarenta y cinco horas de docencia en Enforex, he ayudado a Eva con la sintaxis, ha tenido lugar la famosa -al final existió- reunión de CORPES, se ha reactivado el proyecto sociolingüístico y llevo ya más de setenta mil palabras pertenecientes al mes de febrero codificadas y validadas. Amén de ello, podría también informaros de que el día 5 de marzo tuvo lugar el megaensayo del grupo de profes y que finalmente presentamos La cabeza del dragón el 15 de junio en la biblioteca Torrente Ballester, que se aproximan caminatas por Madrid a ritmo de Enforex, que hay una ilusionante excursión en lontananza con mi querido Antonio esta Semana Santa por tierras de Aranjuez, etcétera, etcétera, etcétera, pero no os contaré todo el primer día, que esta semana prometo no teneros abandonados.
2. "[ Hay personas que] se alegran cuando los Reyes de España saludan desde el yate en verano porque no son capaces de hacer una mínima reflexión, no son capaces de decirse a sí mismos, qué pasa aquí, qué pasa conmigo, Dios mío, tú que todo lo ves, por qué a mí no me llega el sueldo ni para ir a una cámping de Benidorm. Indignaos, coño, que no tenéis sangre en las venas."
Esta aseveración que firmaba Elvira Lindo en Una palabra tuya cuando aún la monarquía gozaba de cierta reputación en nuestro país, ya me pareció harto adeacuada cuando la leí años ha, bastante tiempo antes de que Eduardo Inda y El Mundo descubrieran a la opinión pública los sucios negocios de Cristina y de Iñaki, prohijados y en muchos casos auspiciados por don Juan Carlos I de Borbón.
El senecto sucesor de Franco es impune merced a una Constitución que el pueblo español votó en las urnas, pero no así su hija, su yerno y demás comitiva monárquica, que, en cambio, disfrutan de impunidad legal por estar a la sombra de la Corona.
Ante semejante atropello a la igualdad, cabría, así pues, no esperar indulgencia alguna por parte del pueblo español, máxime encontrándonos en una situación tan precaria económicamente a causa, entre otras razones, del desfalco de la Monarquía. Sin embargo, ciertos periodistas -así se hacen llamar al menos- siguen defendiendo a Juan Carlos y sus corináceas actuaciones y creando, o intentando crear, un estado de opinión favorable a estos contumaces atracadores de guante blanco. ¿Pero no se dan cuenta de que ellos mismos son los primeros que, como ciudadanos, fueron desfalcados?
Como bien decía Elvira Lindo, "¡indignaos, coño!"
1. Dieciocho días ha, queridos míos, que os tengo abandonados de la actualidad bloguera.
Espero encontrar algo de indulgencia en vuestros probos corazones si os confieso que tan gran desatención ha sido exclusivamente causa de las numerosas ocupaciones laborales que han tiranizado mi tiempo: en estas dieciocho jornadas he impartido cuarenta y cinco horas de docencia en Enforex, he ayudado a Eva con la sintaxis, ha tenido lugar la famosa -al final existió- reunión de CORPES, se ha reactivado el proyecto sociolingüístico y llevo ya más de setenta mil palabras pertenecientes al mes de febrero codificadas y validadas. Amén de ello, podría también informaros de que el día 5 de marzo tuvo lugar el megaensayo del grupo de profes y que finalmente presentamos La cabeza del dragón el 15 de junio en la biblioteca Torrente Ballester, que se aproximan caminatas por Madrid a ritmo de Enforex, que hay una ilusionante excursión en lontananza con mi querido Antonio esta Semana Santa por tierras de Aranjuez, etcétera, etcétera, etcétera, pero no os contaré todo el primer día, que esta semana prometo no teneros abandonados.
2. "[ Hay personas que] se alegran cuando los Reyes de España saludan desde el yate en verano porque no son capaces de hacer una mínima reflexión, no son capaces de decirse a sí mismos, qué pasa aquí, qué pasa conmigo, Dios mío, tú que todo lo ves, por qué a mí no me llega el sueldo ni para ir a una cámping de Benidorm. Indignaos, coño, que no tenéis sangre en las venas."
Esta aseveración que firmaba Elvira Lindo en Una palabra tuya cuando aún la monarquía gozaba de cierta reputación en nuestro país, ya me pareció harto adeacuada cuando la leí años ha, bastante tiempo antes de que Eduardo Inda y El Mundo descubrieran a la opinión pública los sucios negocios de Cristina y de Iñaki, prohijados y en muchos casos auspiciados por don Juan Carlos I de Borbón.
El senecto sucesor de Franco es impune merced a una Constitución que el pueblo español votó en las urnas, pero no así su hija, su yerno y demás comitiva monárquica, que, en cambio, disfrutan de impunidad legal por estar a la sombra de la Corona.
Ante semejante atropello a la igualdad, cabría, así pues, no esperar indulgencia alguna por parte del pueblo español, máxime encontrándonos en una situación tan precaria económicamente a causa, entre otras razones, del desfalco de la Monarquía. Sin embargo, ciertos periodistas -así se hacen llamar al menos- siguen defendiendo a Juan Carlos y sus corináceas actuaciones y creando, o intentando crear, un estado de opinión favorable a estos contumaces atracadores de guante blanco. ¿Pero no se dan cuenta de que ellos mismos son los primeros que, como ciudadanos, fueron desfalcados?
Como bien decía Elvira Lindo, "¡indignaos, coño!"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)