miércoles, 20 de marzo de 2013

DICC.280: AVERNO

Averno: Infierno.

    1.  Un ya remotísimo 24 de febrero de 2001 hice con mis inolvidables abuelos una excursión por pueblos de Guadalajara con la O.N.C.E., de la que formaba parte mi queridísimo abuelo. En dicha jornada por tierras alto-alcareñas de Hita y Atienza pasamos un frío de matrícula de honor. No sé por qué hoy me he levantado recordando como si fuera anteayer el espontáneo comentario de una de las señoras que formaba parte de la comitiva, cuando, llegando al autobús y sintiendo de nuevo la caricia de la calefacción, sentenció con esa sabiduría propia de las canas: "Es necesario conocer lo malo para apreciar lo bueno".
         Ya en aquel momento y a pesar de la espontaneidad del comentario, me hizo pensar y plantearme si aquella señora no tendría razón y todos deberíamos pasar por un mal para apreciar el bien. Doce años, tantas experiencias y alguna que otra cana después, creo, sin lugar a dudas, que aquella señora tenía razón: si solo conocemos el primer mundo -aunque España empiece a parecerse al tercero en ciertas cuestiones-, corremos el peligro de autocompadecernos por cuestiones que carecen de verdadera importancia; si no conocemos el averno del sufrimiento frecuentemente nos autovedademos la oportunidad de disfrutar de cada momento, de cada sonrisa y de cada pequeño gesto con que la vida nos congratula si estamos atentos a sus señales. Atendámoslas y CARPE DIEM!!


   2. Sabéis, queridos míos, que considero la literatura, junto al teatro, el ciclismo y una buena conversación, probablemente el mejor entretenimiento en el que puedo solazar mi tiempo. Por desgracia, con la vuelta del pluriempleo, se me ha vuelto a disipar el tiempo libre y apenas puedo inmiscuirme en esos mundos de ficción que, en mi mente a ratos idealista, me hace ser un don Quijote que desciende a la cueva de Montesinos, un Dante que baja a los avernos en busca de su idolotrada Beatriz, un don Juan concupiscente o un Calixto que, prendadísimo perennemente por Melibea, ansía la yuxtaposición amorosa guiado por su deseo.  Y es que... recordad, queridos, cuando ciertos acontecimientos faltan o la realidad es triste, podemos endulzarla con esos ingredientes de ficción que alguien compuso en algún momentos para condimentar nuestras vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario