martes, 7 de enero de 2014

DICC.309: BALBUCIR

Balbucir: Hablar o leer con pronunciación dificultosa, tarda y vacilante, trastocando a veces las letras o las sílabas.


   1. Sabéis, mis queridos, que pienso con total rotundidez y sin ápice de duda que El Quijote por inmuerables motivos es el mejor libro de literatura española que jamás se ha escrito y, probablemente, que jamás se escribirá. Por todo ello en principio nunca renegaré de cualquier homenaje público o privado que quiera hacérsele, ya sea a manera de galardón póstumo a su inmortal autor o a sus criaturas, ya sea en forma de lectura privada. Sin embargo, siempre hay una excepción: si por homenaje a don Quijote debe entenderse el esperpento de la Pascua Militar de ayer protagonizado por Juan Carlos I, revestido de don Quijote, creo que se ha ido demasiado lejos. 
      El inmortal hidalgo se hizo famoso por ser un anacronismo en persona, un personaje fuera de lugar y de tiempo, que, siendo enjuto y viejo, se creía un Díaz de Vivar; un personaje que caminaba en pleno Renacimiento por los campos castellanos emulando a caballeros andantes que vivieron en la Edad Media, usando armas de su bisabuelo y haciendo uso de un lenguaje arcaico; atributos todos ellos que lo convertían en un completo bufón a ojos de quien lo viera o lo escuchara argumentar contra toda razón en temas de caballería. 
       Exactamente eso es actualmente Juan Carlos I de España: amén de sus crímenes, delitos e inmoralidades que no enumeraré aquí por conocidos, es actualmente un anciano de setenta y seis años que apenas puede andar, pero se empeña en rehusar la silla de ruedas; apenas puede hablar, pero balbuce lo que le han preparado; apenas puede respirar, pero se empeña en exhalar su último aliento ante un atril.
        El pertinaz empeño de don Juan Carlos I por seguir aferrado al trono es ya exactamente igual que la locura monotemática de don Quijote: la única diferencia es que el inmortal caballero es una criatura de ficción fabricada por la mente enferma de Alonso Quijano; el otro, jefe del estado español y máximo responsable de la imagen exterior del país. 
        En efecto, sí, tenían razón: la realidad siempre supera a la ficción... Les invito a verlo con sus propios ojos:
http://tv.libertaddigital.com/videos/2014-01-06/los-titubeos-del-rey-en-la-pascua-militar-EkjaemEl7W8.html.


     2.  Quiero hoy públicamente alabar a una persona con la que, en sus propias palabras, fui muy exigente el pasado día 16 de diciembre en una charla preparatoria de una exposición que debía realizar; lo fui porque no quería que por nerviosismo echase a perder todo el potencial políglota y personal que tiene y que, a buen seguro, será garantía de éxito. 
          Mi querida Ester Díez Ramos: como te dije el día 16, todos cometemos errores haciendo una presentación oral; máxime nosotros, que, siendo hijos educativos de la LOGSE, venimos ya tarados de fábrica, pero la suma de tranquilidad y espontaneidad, unidas a la preparación, nos harán ganar concursos a los que concurramos con otros competidores que, por sus nervios y su excesivo apego a la memoria, comenzarán a balbucir.
          Sé, dilecta mía, que acabarás teniendo éxito en tu vida en todo aquello que te propongas. Eres trabajadora, inteligente y no careces de ese puntito de ingenuidad característico de las personas de gran corazón. Por todo ello y aunque en 2013 no nos hemos visto tanto como hubiéramos deseado, brindo contigo por un 2014 henchido de éxitos. Si no llegan todos en 2014, llegarán más adelante; afortunadamente para ti aún adoleces de esa enfermedad llamada juventud; pero, ojo, que se cura con el tiempo. 
         ¡¡No cambies nunca!!





      

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