miércoles, 26 de marzo de 2014

DICC.316: CONTURBADO

Conturbado: Revuelto, intranquilo.


     1.  El veintitrés de marzo de dos mil catorce será ya para siempre una fecha histórica para la nación española por haber sido la luctuosa jornada que presenció la muerte del primer presidente de la joven democracia española.
       El afecto popular que ha suscitado Suárez el día de su muerte ha provocado colas kilométricas en Madrid en espera de poder darle el último adiós en el Congreso, mientras que la siempre tranquila Ávila se ha visto hoy conturbada por el cariño popular a la llegada del féretro a la catedral, donde ya reposarán para siempre sus restos
        Este cariño del pueblo es perfectamente entendible, habida cuenta de que en el parangón con cualquier otro presidente democrático que hemos tenido, Adolfo Suárez supera con creces a cualquiera por el simple hecho de no haberse lucrado de su paso por la política. Sin embargo, los "homenajes" de sus sucesores políticos -alguno de los cuales intentó (y finalmente consiguió) masacrarlo en vida- saben a una especie de arrepentimiento póstumo y a demagogia extremista cuando, sin siquiera preverlo y aun a sabiendas de que costará más de medio millón de euros, se decide de la noche a la mañana cambiar el nombre del principal aeropuerto del país, que inminentemente pasará a denominarse Adolfo Suárez-Barajas. ¡Un poquito menos de demagogia, por favor!


       2. Hace poco tiempo indagaba en mis apuntes de literatura de 2007 buscando un dato bibliográfico u operístico cuando resulté francamente golpeado por mi propia caligrafía. Es evidente que, como grafólogo, he estudiado y observado en numerosos cotejos prácticos cómo una grafía evoluciona con el paso del tiempo paralelamente a cómo lo hace la personalidad psicológica del escribiente, pero verlo en primera instancia y persona me impresionó especialmente, ya que no recordaba que hubiera escrito con una letra tan pequeña, tan acostumbrado como estoy actualmente a mis dimensiones grandes.
         A juzgar por mi grafología, hace algo más de un lustro tenía una autoestima bastante limitada -que se mostraba como tal en público- y era signficativamente más reservado, cauteloso y conturbado que ahora. Repasando mi biografía real, la evolución no puede ser más entendible habida cuenta, sobre todo, de mi currículum laboral.
         En un alarde de parafraseo del gran Carlos Rodríguez, podríamos decir que la evolución de la letra no es, ni más ni menos, que una biografía resumida.
          

   

sábado, 8 de marzo de 2014

DICC.315: REFITOLERO



 Refitolero: Entrometido, curioso.

  
    1.     En escasas jornadas se cumplirá la más triste efeméride de la historia española del siglo XXI con el simbólico décimo aniversario de ese atentado causante de casi doscientos muertos y más de un millar de heridos y mutilados. Alegóricamente, a la vista de lo ocurrido inmediatamente después, es fácil señalar que, a su vez, dicho atentado significó la muerte de España como nación, ya que a resultas de él y como fruto de la manipulación mediática de esas tristes jornadas, José Luis Rodríguez Zapatero se erigió en vencedor de las elecciones; este aceptó la legalización de ETA y pactó con nacionalistas catalanes en aras de gobernar, y a consecuencia de todo ello -con la anuencia de Mariano Rajoy y el beneplácito de Juan Carlos I-, los nacionalismos vasco y catalán han contado con una tierra fértil sobre la que han abonado y extendido entre sus acólitos su odio a España y su saqueo al resto de comunidades a cambio de una exigua prórroga de sedición, que en el caso de Cataluña tiene ya incluso fecha el 9 de noviembre.

Aun cuando la gravedad de estos asuntos está fuera de toda duda, nada es comparable a la barbarie que supuso la pérdida de tantas vidas inocentes, sacrificadas por intereses políticos. Consumada la masacre, nada debería preocupar más al pueblo español que indagar sobre la verdad del asunto y no cejar un solo minuto hasta que el empeño fructificase, pero, donde el pueblo español demuestra que no es pueblo, sino corral, es en la actitud de normalidad que adopta una década después tras el gran número de sinrazones y océanos que bañan la instrucción del mayor atentado de nuestra historia. Por citar tan solo algunas de estas iniquidades, recordemos que diez años después, el alcalde de Madrid en las fechas de la masacre, tras unas declaraciones en las que afirmó que “había que obviar el 11M”, es hoy ministro de justicia; de los cuatro trenes que explotaron, se dijo en la instrucción, que tan solo quedaba un tornillo, hasta que unos periodistas de Libertad Digital hallaron un vagón explosionado, tras lo cual no solo no se reabrió el caso, sino que nunca se volvió a saber de la existencia de dicho vagón; los “incómodos” periodistas que no cedieron a las presiones mediáticas y siguieron investigando, tras ser tachados de refiloteros y tildados de conspiranoicos, o bien tuvieron que dejar su puesto, o bien tuvieron que abandonar su cadena radiofónica nacional y fundar una nueva radio autonómica, y lo que tal vez es más flagrante y demuestra hasta qué extremo llega el aletargamiento del pueblo español: diez años después el juez instructor, Gómez Bermúdez, concede una entrevista al flamante director de El Mundo y, tras reconocer que en la instrucción hay importantísimas lagunas y que desconoce la autoría intelectual del crimen, sigue su vida normal, sintiéndose una estrella mediática, sin que un dos por ciento de la población demande su imputación y su inhabilitación inmediata.

Ante este desolador panorama, me pongo en la piel de las víctimas y me reconozco prácticamente incapaz de soportar tanta indignación para con mis conciudadanos; me pongo en la piel del juez instructor del caso y no entiendo cómo puede haber conciencias tan ingrávidas que consigan conciliar el sueño; me pongo en la piel de los escasísimos periodistas que siguen en búsqueda incesante de la verdad y siento un gran alivio pensando que, seremos quijotes incomprendidos, pero que hay personas que con nuestro pequeño granito de arena seguiremos reclamando la justicia, sin olvidar lo que, para algunos, es inolvidable.


2. Baltasar Gracián es uno de esos narradores españoles del Siglo de Oro a los que la tradición y la comparación con contemporáneos como Góngora, Lope de Vega o Quevedo han relegado a un inmerecido segundo plano. Este maestro del conceptismo escribió una novela titulada El Criticón que, si bien puede ser un tanto densa de leer, es altamente recomendable, ya que de la mano de Andrenio descubrimos el mundo por primera vez, con una mirada desprovista de prejuicios, de la misma forma que hacemos con El maestro del Prado en materia pictórica. Allí leemos que "el no admirarse procede del saber en los menos, que en los más, del no advertir". Esta afirmación de hace cuatro siglos es perfectamente extrapolable al mundo actual, que, con sus prisas y sus rutinas, termina por alienarnos y por impedirnos ser refiloteros y parar a deleitarnos en la belleza de una plaza o en una sonrisa regalada
  ¡No nos dejemos enajenar por la celeridad! ¡Descubramos, estudiemos, disfrutemos y compartamos curiosidad, que es, ni más ni menos, el mejor motor del aprendizaje!

domingo, 2 de marzo de 2014

DICC.314: CONTIENDA

Contienda: Lidia, pelea, batalla.


   1. Dada la coincidencia de la disputa del derbi madrileño con los últimos minutos de la ruta guiada a los italianos del grupo Pavia en Madrid, no he podido seguir con la intensidad que hubiese deseado uno de los enfrentamientos que decidiría la presente liga española de fútbol. No obstante, como he podido vivir en los últimos minutos y según coinciden en señalar todos los medios, ha sido un partido visceral y meritorio por parte de ambos contendientes.
        Tal vez por ese apego que una persona neutral siente hacia los humildes considero de mayor admiración el partido -y por extensión la temporada- de un Atlético de Madrid, hecho a imagen y semejanza de un Diego Pablo Simeone, cuya mejor estrategia es esa motivación eléctrica que es capaz de imprimir en el alma de cada jugador. El singular y valentísimo Diego Costa es la perfecta prolongación de ese espíritu en el campo, y por ello, el jugador más admirado de la temporada por parte de la hinchada atlética y el futbolista revelación de la liga, tan solo superado guarísticamente por Cristiano Ronaldo.
        A pesar de tanto mérito como tiene este David de rayas jugando contra los dos Goliat de la liga española, tras el empate de hoy mucho me temo que el pequeño acabará sin llevarse ningún título nacional, al haberse quedado en semifinales de Copa del Rey y estar ya por detrás de Real Madrid y Barcelona a escasas jornadas del final. Sin embargo, como ser quijotesco que soy; como admirador incesante de Simeone, de Diego Costa y de lo que representan, y como incondicional de los humildes trabajadores, sigo pensando que este Atlético, y por extensión la hazaña y la justicia del trabajo, tienen una oportunidad en la Champions League. El fútbol tiene una deuda con el Atlético desde la final del Bayern y, como nada es casual, el año que Luis Aragonés ha subido al cielo tiene que ser un año celestial para los colchoneros.


    2. A quien no lo haya vivido desde dentro puede parecerle música tantas veces entonada o una pleitesía demagógica ante tus alumnos, pero de veras que si lo has vivido desde ambos frentes eres capaz de entender a la perfección el enriquecimiento a todos los niveles que supone la convivencia con unos alumnos interesados en la materia que compartes con ellos, máxime si son de una cultura, de una edad o de un pensamiento diferente al tuyo y eres permeable a otra forma de pensar, de ver y de analizar.
       Especialmente lo siento en estas siempre interesantísimas rutas turísticas por Madrid, donde, amén de compartir muchas horas, conversaciones y vivencias, compartes museos, lo que, como profesional, te exige enfrentarte a diferentes modos de acercar una misma historia, dependiendo del grado de competencia en tu lengua, de la cultura, de la edad, del conocimiento previo y del interés de partida del discente. Tal vez por haberme enfrentado hoy a mi primer grupo italiano menor de catorce años en el Museo del Prado he sido más consciente que nunca de este punto, si bien puedo decir sin temor a equivocarme que cada día que he visitado un museo con un grupo he aprendido algo nuevo del museo o de sus obras, ya sea en coloquios con alumnos, en conversaciones con profesores, en pláticas con otros visitantes o simplemente cultivando esa preciosa labor de escuchar.
       Queridos amigos, os confieso sin ningún arrobo que, por poner un ejemplo, hace apenas un par de años yo apenas sabía del Guernica su autor, sus dimensiones, el lugar de exposición y que era testimonio directo de la incivil contienda que tuvo lugar en nuestro país entre 1936 y 1939; nada más sabía. Hoy, en cambio, gracias a la preparación ex profeso y, sobre todo, merced a todo el aprendizaje directamente recibido de mis acompañantes, soy perfectamente capaz de modular la explicación a los intereses y motivaciones de los turistas. La fórmula es bien sencilla, queridos míos: escuchar, recordar, contrastar y tomar nota; una apasionante y entretenidísima forma de sumergirse en esa aventura apasionante que es descubrir y aprender.