Aherrojar: Oprimir, subyugar.
1. Es
comúnmente conocido que el personaje más famoso de la literatura
española era tomado por loco, a pesar de la claridad expositiva de sus
razonamientos no tratando materia de caballería; es igualmente famosa la
denostación que padeció Copernico cuando se atrevió a postular la
redondez de la Tierra, y no es menos cierto que actualmente quien se
atreve a llevar la contraria al pensamiento social es tildado de "facha"
o "descerebrado" cuando no de algo peor por más que sus argumentos sean
del todo razonables: es lo que tiene la muerte del pensamiento.
Esa sensación de conductor suicida que viaja contra los demás vehículos es la que me acompaña desde que el pasado viernes se presentó la nueva Ley de Educación, pomposamente llamada LOMCE.
A raíz del conocimiento de
esta flamante ley tanto la izquierda como el tercio nacionalista del
país está clamando que supone la vuelta al Franquismo, amén de una
flagrante "españolización".
Acerca de la primera
acusación, quiero recordarles a los señoritos desmemoriados de la
izquierda que ninguna época por mala o buena que sea, está exenta de
éxitos y fracasos -¡incluso Zapatero hizo algo bien!-, y que en materia
educativa durante los años del Franquismo se potenciaba la cultura del
esfuerzo para lograr una beca, los títulos de las universidades
españolas aún tenían algún valor y ni maestros ni profesores cometían
faltas de ortografía.
En materia tocante a la
españolización me dan ganas de reír si no fuera por lo indignante del
argumento. Señor Mas y demás patulea españolófoba: la ley LOMCE tan solo
garantiza que el Estado subvencionará la enseñanza del idioma nacional
en centros privados en caso de que alguien pida ser escolarizado en
español -en cuyo caso quedará estigmatizado socialmente-, pero la
potestad de la lengua vehicular de la enseñanza se deja en manos de la
Generalidad, para que, con su tiranía despótica, vuelva a aherrojar a
todos los ciudadanos no españolófobos que osen estudiar en español, para lo cual, por cierto, habrán de ir a un centro privado, subvencionado por todos los españoles.
En fin, una vez más los pájaros disparan contra las escopetas, el poder social de ciertos medios manipulan la verdad y la sociedad demanda que las escopetas cesen de matar a las numerosas bandadas a las que está dando muerte... ¡Ver para creer!
2. Ronald López es un habitante salmantino, nacido en Perú, con gran
facilidad de palabra. Este hombre, que dice haber sido consultado por
numerosísimos políticos importantes de España y del resto del mundo
-poco menos que se erige en responsable de la victoria de Obama- se gana
la vida en la ciudad charra impartiendo dizque cursos de oratoria,
hábilmente publicitados por toda la ciudad.
Engañado por uno de ellos y en el deseo de huir de la melancolía que se
cernía sobre mis tardes tras la marcha de Marie en julio de 2012, me
inscribí a uno con el deseo de profundizar en esta materia que, como
sabéis, me apasiona.
Mal empezamos cuando su
recibimiento el ya lejano 10 de julio fue algo así como: "Usted tiene
gran facilidad de palabra, como ya el otro día por teléfono deduje.
¿Para qué se ha apuntado usted?". En fin, cálidos recimientos aparte, el
señor utiliza un método consistente en grabar sistemáticamente una o
dos intervenciones por día, proyectarla a continuación y hacer crítica
constructiva sobre las reproducciones para, de esta forma, mejorar la
comunicación no verbal y la imagen que el comunicador proyecta. Esto lo
adereza de unas fotocopias del siglo pasado -por ser coherente con
aquello de proyectar una buena imagen, supongo- y con una retahíla
inagotable de ejemplos biográficos en los que ha ayudado a mejorar la
imagen de este o aquel comunicador. En definitiva, que valiéndose del
juicio siempre amable del resto de compañeros hacia el comunicador, un
borrego sale de allí convencido de que le ha ayudado mucho y ha
aprendido innúmeras estratagemas para convencer en su siguiente
comunicación, pero la realidad del asunto es que estos cursos me parecen
autéticos fraudes.
Si a eso le añadimos que las
sesiones se imparten en una especie de salón en el que tienes la
sensación -no comprobada, pero sí intuida- de estar en la vivienda privada del profesor, te preguntas: ¿será acaso este hombre un auténtico impostor que se mueve siempre en negro? ¿Amén
de ofrecer un producto insustancial por un precio considerable elevado
no paga ningún impuesto por dicha actividad, mientras en las horas de
clase se dedica a movilizar a sus alumnos incitándoles a acudir a
manifestaciones contra el gobierno cuando él no paga ningún impuesto con
los que el infausto Montoro nos aherroja a los legales que pagamos religiosamente sus cursos?
Como no hay libro tan malo que no te enseñe algo ni curso tan pésimo -aun siendo impartido por Ronald López- del que no obtengas nada positivo, por lo menos en dichas sesiones conocí a Claudia, a la que últimamente veo poco, pero, como ella sabe, tengo mucho cariño.
Hola,Álex. Qué vergüenza que llevaba varias semanas sin leer tu blog.
ResponderEliminarMuchas gracias por demostrarme tu cariño una vez más.
Como bien dices, este curso no me ha servido de nada, personalmente. Salí a defender mi trabajo de grupo oralmente, y fue un auténtico fiasco. Vine a este curso precisamente para defender adecuadamente los trabajos orales, y del curso sales satisfecho, creyendo que te ha servido, pero he aquí el horrendo resultado. Aunque ya te conté que fue un poco por todo, las enseñanzas de este verano no han dado ningún fruto.