Íngrimo: Solitario, abandonado, sin compañía.
1. ¡Aquí estamos de vuelta, queridos! El balance que hago de los más de diez días desparecido de estos mundos informáticos es realmente positivo: en las oposiciones, si bien el caso práctico era esperadamente difícil, salió un tema que me sabía, con lo que puedo salvar el escollo de esta primera parte siempre y cuando se evalúen prueba teórica y caso práctico de forma conjunta. Por lo que respecta al viaje a Florencia, también todo excelente,en cuatro días disfrutados con mis queridos Antonio y Elena. Pensaba que tal vez mi vocación de independiente podía jugarme malas pasadas, pero, gracias a la complicidad y a la mentalización, logré superar sin mayor dificultad mi querencia -tal vez en extinción- de persona íngrima.
2. Hace exactamente un mes a estas horas estaba caminando con mi querido grupo de sicilianas destino al Museo del Prado por aceras repletas de cariño y compañías con patente de inmortalidad. Como ayer confesaba a Giada y como siento cada día al ver la foto que preside mi habitación, estas chicas me dejaron un vacío en el corazón. Nunca había tenido un grupo tan maravilloso cuanto inteligente; nunca había sentido que ir a trabajar, además de un lujo, era un previlegio tan solo al alcance de monarcas; nunca había compartido tanto y nunca había dejado tan al margen mis comportamientos íngrimos para desear pasar más y más tiempo con ellas. Queridas mías, como no me canso de decir y como mi corazón no me deja de recordar, ¡os echo muchísimo de menos y os quiero!
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