Ríspido: Áspero, violento, intratable.
1. Hace treinta y dos que en Cataluña se insulta, se zahiere e incluso se atenta -véase el atentado contra Federico Jiménez Losantos en los ochenta- contra quienes -¡pobre de ellos!- osan defender los derechos de los hispanohablantes para que, por ejemplo, todos los niños puedan ser escolarizados en español. Este privilegio es posible en cualquier lugar del mundo, excepto en un tercio de España, donde la condición hispánica impide el asentamiento del Instituto Cervantes y el imcumplimiento de la Constitución veda el estudio en lengua materna.
Huelga decir que cuando alguien se atreve tan siquiera a cuestionar dicha tiranía lingüística-como hizo Wert durante los cinco minutos que le duró la valentía la semana pasada-, es tachado de facha, de inconstitucional y de resucitador del franquismo. Me parece execrable que así sea por lo que conlleva de mentira y manipulación, pero yendo al fondo de la cuestión, si repudian el español y quieren automarginarse a nivel europeo, allá ellos; eso sí, fuera, de inmediato, de la liga de fútbol española.
Sin embargo, en el reino del catalán, en la hipotética república catalana independiente, ¿qué políticos quieren? Una vez que, para descanso del resto de España, hayan conseguido la independencia, ¿por quién quieren ser gobernados? La semana anterior a los comicios catalanes salió publicada una investigación de la policía que demostraba a qué altos niveles ha llegado la corrupción de CiU desde tiempos del ríspido Pujol; en cambio, CiU fue el partido ampliamente más votado.
Solo me cabe, así pues, una reflexión: el pueblo catalán no castiga a los gobernantes por corruptos, porque da la corrupción por descontada; escoge en función de quién les garantice que su odio a España se hará realidad en una independencia cercana. Como reflexión final, sin duda, me deja atónito: aborrecible es que se repudie el idioma más hablado en tu Comunidad; abyecto es que se multe por rotular tu negocio en español; abominable es que no se castigue la corrupción con el salvoconducto del nacionalismo, pero mortal es que los votantes acepten el cohecho como normal. ¡Requiescat In Pace, Cataluña!
2. Todo indica que mañana, con el grupo Komoteatro, empezaremos ya a montar Bodas de sangre. Como creo ya haberos comentado en otra ocasión, los dos grupos teatrales en los que me hallo me parecen absolutamente antagónicos, pero precisamente por eso, de lo más interesantes. Ayer, en el del Mateo Hernández, las numerosas ausencias provocaron que nos quedáramos repasando tan solo las canciones y pensando en la posibilidad de irnos a tomar algo como colofón al año la semana próxima. Ahí fue donde Miguel me ganó definitivamente, cuando con esa humanidad aneja a las buenísimas personas, sentenció que sería una buena oportunidad para "disfrutar" de la gente que no se podía quedar habitualmente al aperitivo. Por contra, Jesús María, director de Komoteatro, tiene un trato aparenemente ríspido en ocasiones, aunque me atrevería a vaticinar, sin prácticamente conocerlo, que al fondo de esa fría fachada se esconde un ser sentimental y cariñoso, que propende a sellar sus sentimientos bajo pesadas armaduras.
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