miércoles, 6 de febrero de 2013

DICC.268: EVISCERAR

Eviscerar: Extraer las vísceras.

  1. Quiero públicamente desde aquí hacer un sentido homenaje al partido más aseado de la democracia espñola: Unión, Progreso y Democracia, liderado por una de las pocas políticas de verdad que le quedan a nuestro país: Doña Rosa Díez González.
      Ayer ella personalmente, en nombre de su partido, hizo público un manifiesto por la Regeneración de la Democracia y la Refundación del Estado, en el que, con el firme propósito de eviscerar la corrupción, se propone que ningún imputado por la justicia pueda seguir ejerciendo el derecho a la representación ciudadana y que se cambie la Constitución en aras de un sistema electoral justo.
       Como era de esperarse, dichas propuestas tan solo han encontrado eco en Libertaddigital y en El Mundo, no sea que la gente conozca que existe una alternativa honesta al bipartidismo e incluso le dé por votarla... 
       En fin, mi querida Rosa, a pesar de este boicot desinformativo, según el último sondeo de intención de voto, estáis tan solo a diez puntos del gobierno del país. Seguid así, que desde aquí, ante la incomparecencia de los medios de incomunicación, me haré humilde eco de vuestras buenas intenciones. 


  2.  Ayer, a la vuelta a mi casita salmantina, estuve acomodando todas mis pertenencias en mi nueva habitación, a la que finalmente acabaré cogiendo un gran cariño gracias a la presencia del radiador a los pies del escritorio. 
       Si me he cambiado es porque ha habido lugar con la partida de mi querida Diana rumbo a Perú y el traslado de Sara a la antigua habitación de la propietaria.
       Y aprovechando la circunstancia quiero desde aquí públicamente dar las gracias a Diana, con quien tan buenos ratos he pasado en estos cuatro meses de convivencia: me acuerdo de las confidencias "casuales" de la primera cena el 16 de septiembre, me retrotraigo a la primera salida nocturna del 31 de octubre, viajo con el pensamiento al día en que comimos el botillo tras eviscerarlo a ritmo de sorpresa en casa de Marta, revivo el paseo salmantino con cadencia de Lo sabe no lo sabe del pasado jueves y no puedo sino concluir que te voy a echar mucho de menos, que los almuerzos no serán igual sin ti y que, como no podía ser de otra manera, te tengo un gran cariño a prueba de distancia.




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