Capcioso: Pregunta,
argumentación o sugerencia que se hace para arrancar al contrincante o
interlocutor una respuesta que pueda comprometerlo o que favorezca los
propósitos de quien las formula.
1.
Existe en la radio española un control de audiencia que se hace llamar
EGM, cuyas siglas responden a Estudio General de Medios, y cuyos datos
son tomados por algunos como dogma de fe o como blanco de diana en
función de la orilla donde se encuentren.
Admiro muchísimo a los componentes de Tiempo de juego por sus anejos componentes de alegría, vitalidad y juerga,
pero tienen comportamientos que son tan reprobatorios como
tendenciosos. Cuando estaban en la Cadena SER celebraban día sí día
también los datos del EGM que los aupaba como líderes de la
radiodifusión deportiva española; ahora, que están bajo el amparo de la
COPE, no hacen sino criticar los datos de este estudio.
Señores de Tiempo de juego, hagan el favor de tener un poquito de coherencia. Es verdad, como se recoge en De la noche a la mañana: el milagro de la COPE, que
las preguntas de los entrevistadores son capciosas, preguntando así por
ejemplo, en lugar de "¿qué cadena escucha?", "¿escucha la cadena SER?".
Pero, por favor, si los datos del EGM eran tomados como indudables
cuando bebían del río de corrupción llamado PRISA, tomenlos de forma
idéntica cuando beben de la siempre maltratada fuente sagrada.
2. En el mundo analfabetizado que vivimos creo firmemente que la forma
de hablar marca claramente la diferencia, como bien pude comprobar en
numerosas ocasiones en mi paso por la Universidad española, donde llevé a
término con gran éxito la máxima de que más importante que la belleza
es que el niño vaya bien vestido.
Precisamente por eso creo que en nuestros días lo realmente importante a
la hora de conseguir tus sueños es, amén de mostrar una gran seguridad,
emplear una buena oratoria. Sin embargo, por desgracia no es fácil
encontrar ninguna institución que prepare para ello, salvo algunos
cursos que acaban defraudando, como aquel al que asistí este verano
impartido por Ronald López en lo que tengo la sospecha que no era sino
el salón de su casa.
Hago, así pues, desde aquí un llamamiento a las instituciones para
que no perpetúen el soslayo a esta disciplina, a cuyo crecimiento todos
-especialmente desde nuestra labor docente- debemos contribuir. Con
la oratoria se puede encontrar trabajo, con la oratoria se puede vencer
mediante argumentaciones capciosas o sólidas, con la oratoria se
cautiva y se seduce, y con la oratoria se preserva nuestro bellísimo
idioma español tan ultrajadoen nuestros días. ¡Yo voto por... la oratoria!
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