Guija: Piedra lisa y pequeña que se encuentra en las orillas y cauces de los ríos y arroyos.
1. Hoy quiero dedicarle la entrada a ese maravilloso ejemplar de cariño y confidencia que tengo en Florencia, a la que me une una amistad a certeza de distancia.
Como hoy te decía, queridísima soriana, hemos pasado tantas cosas juntos que solo por esos recuerdos disgregados en tres años sería imposible olvidarte. Ha habido también momentos de indelebles "ultrajes", de ingentes disgustos y de enormes decepciones, pero ante todo y sobre todo siempre hemos sabido entendernos, respetarnos y apoyarnos en nuestras vicisitudes tanto cotidianas como trascendentes.
Es imposible olvidar aquel 27 de mayo en que don Quijote fue la excusa y Ryanair el cómplice del más ilusionante viaje de nuestras vidas; es indeleble aquella decepción a caballo entre el cariño y la negación de un 19 de junio; también son nostalgia obligada el cariño de confidencia con sabor a desamor de este verano en una piscina madrileña o el reencuentro con grandeza florentina y olor a café de este octubre pasado. Sin embargo, de entre todos mis recuerdos y de entre todos mis cariños, sabes que tengo una foto grabada a fuego en mi corazón con fecha de 11 de junio de 2010. Aquel día, desde la montaña a la que sube Florencia para beber del cielo la belleza, con una paradisíaca vista de las encantadoras guijas que rodean el Arno y el inovioldable atardecer que iba apagando poco a poco nuestro moreno toscano, prometí no olvidar nunca a la persona que me había hecho pasar el mejor día de mi vida hasta ese momento.
Ahora sé que no estás en tu mejor momento, querida, y por eso te envío desde aquí toda la fuerza y todo el cariño del mundo. Cierra los ojos un segundo, sube con la mente al Piazzale, retrotráete al 11 de junio de 2010 y recuerda esa foto imborrable en la que el sol se iba poniendo sobre la Toscana. El día 12 volvió a salir el sol, como pronto volverá a resplander tu vida.
Un besazo inmenso, querida mía.
2. La nieve y la lluvia se disputan hoy el protagonismo en la climatología salmantina sucediéndose la una a la otra con ansia de protagonismo.
Llegada esta fecha cada año me sucede lo mismo y estoy deseando dejar abandonado el abrigo en los interiores del armario. Son ya cuatro meses dependiendo de él y su peso empieza a pesar sobre las espaldas propias, pero, sobre todo, son cuatro meses sin poder hacer uno de los placeres más grandes de esta ciudad: coger la bicicleta y pasear Salamanca Tormes adelante, ora en carriles bici, ora entre las guijas de ciertos terrenos que convierten el paseo ciclista en una aventura con miedo de pinchazo.
Repito: No puedo quererte más!! :)
ResponderEliminarPero que me hagas llorar... No me gusta!!
Son tantos y tantos los recuerdos y momentos que tenemos juntos que aún nos queda mucho por vivir y como bien dices, lo mejor está por llegar.
Gracias por estar ahí: ayer, hoy, mañana y siempre desde aquel lejano 27 de Mayo.
Y recuerda:
* Niente come te e me insieme *
Tvtb piccolo. SATL ❤