Hollar: Pisar dejando señal de la pisada, abatir, humillar, despreciar.
1. El Cristianismo tiene una de sus más firmes creencias en que quien haga el bien recibirá premio de paraíso, mientras que el ser malvado encontrará cuita de infierno en el más allá; convicción que, en términos vulgares, encontraría su formulación en el popular "a todo cerdo le llega su San Martín".
Esta sentencia es perfectamente aplicable al sancta santórum de las lavanderías cerebrales; a ese medio periodístico que -dicen- es el más leído de España; sí, sí, me estoy refiriendo a El País.
Ayer el referido diario español abría con una gran "primicia" internacional: la supuesta foto de un Hugo Chávez entubado, prácticamente a la espera de la visita de Tanathos. Sin embargo, la foto en cuestión resultó un engaño que compraron los "inteligentísimos" mandamases de PRISA por el "modiquísimo" precio de 30.000 euros.
Si a la pérdida de reputación consecuente le añadimos la denuncia interpuesta por el gobierno interino de Venezuela obtenemos el mejor cóctel imaginable para los enemigos de este dizque medio informativo: su honor hollado por los dictatoriales dirigentes venezolanos a los que tantas veces y tan injustamente han defendido ante la opinión pública española.
En efecto, parece que "a todo cerdo le llega su San Martín".
2. Quiero hoy públicamente elevar un reconocimiento a Albert Rivera y a su grupo parlamentario -Ciudadanos- por ser el último baluarte de España y de la Constitución Española que parece quedar en el Parlamento catalán.
El abrigo a la nación española que llevó a cabo el referido político fue tan somero como decidido, aunque desgraciadamente, tan desoído cuan ignorado por parte del gobierno central.
Señor Mariano Rajoy, si aún no ha interiorizado que el problema de Cataluña es un abierto desafío a la nación que hollará nuestra reputación internacional salvo que encuentre una respuesta decidida por su parte, debe presentar su dimisión de inmediato; si no quiere gobernar -sinónimo de 'actuar', le recuerdo-, deje lugar a quien muestra arrojo para hacerlo. Albert Rivera es un buen ejemplo.
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